Tarazona y el Moncayo.

La gran mole del Moncayo es mojón de tres reinos: Castilla, Soria a su espalda, Navarra, justo encima, y Aragón a sus pies. Blanco y dormido en invierno, vivo y verde en primavera, y acogedor y sugerente en otoño y verano. Es techo, con 2.316 metros, de la cordillera Ibérica. No hay una corte de picos en el entorno que arropen su presencia o suavicen su omnipotencia. Sus cumbres alomadas son prodigio de la Naturaleza. Emerge como una isla desde los 1.000 metros del piedemonte.La dehesa del Moncayo es un espacio natural protegido, que fue primero Sitio Natural de Interés Nacional y, por Real Decreto de 1978, protege con la categoría de Parque Natural más de 1.388 hectáreas. Recibe unos 300.000 visitantes al año. 
Se recomienda iniciar la visita en Agramonte, para subir por una carretera forestal en estado desigual, pero practicabla para los turismos, hasta el aparcamiento disuasorio ubicado a medio kilómetro del Santuario de la Virgen del Moncayo. Desde allí parte la senda que permitirá a los más agewurridos subir hasta la cima. Según se va subiendo, encontramos coscojas, enpliego, tomillo, carrascas, endinos, jaras, brezos, roble, pino silvestre y algún pino rodeno, abedules, hayas, acebos, arándanos, enebros, sabinas y pinos negros.
La fauna también sorprende: mirlos, picopicapinos, petirrojos, zorros, jabalíes y tejones, y más arriba, corzos, águilas calzadas, azores, piquituertos, treparriscos, alondras, chovas piquigualdas, águilas reales y perdiceras, entre cientos de otros animales.
La población de estas faldas del Moncayo está repartida en una docena de pueblos de hermosa planta en medio de la naturaleza, formando una postal tras otra, a cual más hermosa: desde el balcón de El Buste, desde la Valluenga en Trasmoz, desde las Peñas de Herrera en Talamantes... Pueblos con encanto como Torrellas, Los Fayos, San Martín, Añón, Santa Cruz... No perderse el castillo de Trasmoz, el de Grisel, o la iglesia de Calcena.
La capitalidad de la comarca la tiene Tarazona, ciudad romana y mudéjar, sede de Cortes con los reyes Católicos, lugar de consagración episcopal del cardenal Cisneros, patria chica de Raquel Meller y Paco Martínez Soria, fue la Triasu celtibérica, Turiaso romana o Tirasona visigoda. Su centro histórico está protegido por méritos propios: el ayuntamiento renacentista con el exclusivo friso que recoge la coronación de Carlos I, su siempre en restauración catedral, su plaza de toros habitada, y el mudéjar, mudéjar y mudéjar por cualquier rincón.
Lugares para visitar

Poblaciones de la comarca